Para muchos, la partida de este mundo terrenal del científico más relevante de los últimos tiempos ha sido motivo de conmoción, en todo el mundo se le ha despedido con los honores suficientes para darse cuenta que su legado deberá permanecer por muchas generaciones, y que la ciencia ha perdido a una de sus imágenes más mediáticas sin que se vea una que lo remplace por el momento.

Stephen Hawking fue sin duda la mente mas brillante que hemos conocido, pero igual que todos, era un humano cualquiera, con los defectos que nos caracterizan y que muchas veces nos hacen dudar si de verdad hemos evolucionado como especie o solo es un mero eslógan que nos recuerda que por eso somos la raza dominante de este planeta, el cual por cierto, no hemos tratado muy bien que digamos y quizás para Hawking fue más fácil pensar en colonizar otros que en rescatar este.

Una mente tan brillante como la del Dr. Hawking no pudo resistir a las fallas humanas, su mente no pudo ir más allá del entendimiento del amor y del agradecimiento, pues mientras él se hundía en sus pensamientos buscando aportar algo a la ciencia, descuidó por completo su entorno personal.

Tuvo una esposa que todo le dio y que nada recibió, al final, cambiada por una enfermera que se casaría con Stephen Hawking para ser señalada como una persona que violentaba y humillaba a la mente más brillante de este planeta, cambió lo más por lo menos sin duda, y no hubo ninguna fórmula ni razonamiento que impidieran tal acción, no, el Dr. Hawking era humano y como tal entendió en carne propia que en esta vida, todo se paga de una forma u otra.

Incapaz de defenderse pero también soberbio para aceptar que era maltratado, continuó con su matrimonio que no duró mucho, pero que seguro dejaron huellas en la vida de Stephen Hawking para lo que le restó de su vida.

Una mente brillante cuyo único defecto fue estar dentro de un humano…