¿Una pandemia en El Hoyo?

El Hoyo, la película española de Netflix que causó furor hace poco, está llena de significados y símbolos que son la representación del mundo actual. El director es Galder Gaztelu-Urrutia y es su primer largometraje, su estilo da un aire a Luis Buñuel.

La pandemia más grande del mundo no es el coronavirus, ni la gripe española y ni siquiera la peste negra: es la pobreza, cifras del Banco Mundial indica que afecta a más de 3,400 millones de personas, casi la mitad de la población mundial tienen dificultades para satisfacer sus necesidades básicas.

En ésta película básicamente observamos un edificio dónde existen varios niveles, en cada uno hay personas y diariamente comen lo que les sobra a los de arriba; las personas de niveles superiores siempre se acaban la comida, dejando a los otros niveles con las sobras y a los de niveles más bajos sin nada. Hasta que Goreng plantea la pregunta: ¿qué pasa si repartimos la comida de tal forma que a todos les alcance una porción suficiente para no morir de hambre?

En mi artículo de opinión “El Elevador Social” ya había esbozado algunas cuestiones que toca la película de manera magistral, y es que a la conclusión a la que su servidor llegaba en dicho ensayo es que el elevador social está descompuesto, al menos en México, dónde una persona que nace pobre, muere siendo pobre, la movilidad social es prácticamente inexistente.

El largometraje representa gráficamente ese elevador social, plantea la pregunta: ¿qué pasaría si existe alguien que ponga orden en los diferentes estratos con la finalidad de que alcance para todos?, ¿alcanzaría?, ¿repartir la riqueza es una acción humanista o por el contrario es socialista?, ¿es utopía?, ¿o un trabajo imposible?

El personaje principal, Goreng tiene un aire quijotesco e idealista, que pese a que otros personajes seleccionan por objeto al que tienen derecho a ingresar; observamos que el personaje principal selecciona precisamente el libro de Miguel de Cervantes. Sin el afán de spoilearles la película, para que la vean por ustedes mismos, les digo que me hizo dilucidar lo siguiente:

  • Difícilmente (más no imposible) alguien en un nivel superior está dispuesto a sacrificar su confort por otros de niveles inferiores.
  • El ser humano es llevado al límite si no cubre su necesidad más básica (alimentación) y está dispuesto a todo para satisfacerla, por tanto una persona que está enfocada en vivir al día , difícilmente podrá enfocarse en conseguir otros objetivos más altos, solo pueden concentrarse en no morir ese día.
  • Se requiere de un liderazgo que esté dispuesto a sacrificar, inclusive, el bien propio en pos del bien común, con la finalidad de establecer un nuevo orden de las cosas.
  • ¿Los cambios en la sociedad surgen de abajo hacia arriba o de arriba hacía abajo?

Esto a final de cuentas me recuerda a Maquiavelo quien en su libro El Príncipe establece que:  Todo aquel que propone un nuevo orden sobre las cosas tiene como enemigos a los beneficiarios del antiguo orden y solo tiene como medio aliados a los que pudiesen beneficiarse del nuevo orden propuesto. 

Nadie puede concentrarse en salir adelante si no tiene el estómago lleno y la pandemia de la pobreza, no puede ser borrada de un plumazo, ni con una epidemia, porque mientras sigan existiendo sistemas que estén diseñados por los más favorecidos, no habrá programa asistencial que alcance para abatir este gran mal que consume a la humanidad. Debemos comenzar por admitir que el modelo de vida actual se encuentra rebasado.

No necesitamos un Goreng que venga a decirnos qué hacer, cada uno en nuestra área de acción podemos ser un Goreng, por que tal vez no logremos un mundo totalmente igualitario, pero si uno más equitativo.

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