La otra frontera

La ola de migrantes centroamericanos ya llegó a Tijuana e intenta cruzar hacia San Diego, sobre este tema versan distintos puntos de vista; no podemos negar que esto se ha vuelto un problema internacional, al menos por los reflectores que ha cobrado.

He escuchado todo tipo de historias, desde que es una situación auspiciada por altas esferas mexicanas con la intención de desestabilizar al gobierno mexicano entrante, otros quienes creen que el Presidente de Estados Unidos lo auspicia con la finalidad de validar su política anti inmigrante y demostrar que tiene la razón, y quienes dicen que son los Demócratas estadounidenses quienes buscan desestabilizar al gobierno Republicano.

¿Por qué esto es lo que cobra relevancia en los medios y no los genocidios en Myanmar, en Sudan del Sur, en Iraq y Siria?
La televisión reporta siempre la misma imagen de los centroamericanos, personas conflictivas, mal agradecidas, gritonas, mal habladas y que pareciera que son todos delincuentes en potencia; sin embargo, yo me pregunto ¿lo que reportan las grandes cadenas de comunicación es la realidad?

Ciudad Juárez-El Paso

En Chihuahua, pese a conectar  la frontera Ciudad Juárez-El Paso no se ha visto un solo disturbio provocado por los migrantes ; estuve en la frontera hace un par de días y no observé ninguna revuelta,  nada fuera de lo habitual más que la faramalla de las patrullas de la CBP en la frontera y las puertas a medio cerrar. 

Pero pasemos de los dichos a los hechos, para poner las cosas en perspectiva.

Las cifras menos conservadoras hablan de una caravana de 10 mil individuos centroamericanos, según cifras de la American Community Survey (ACS), el United States Census Bureau y el Migration Policy Institute (MPI) en Estados Unidos viven 329 millones de personas, de las cuales 43.7 millones son inmigrantes, de los cuales 11.1 millones son indocumentados y representan el 3.3% de la población del país.  En la última década han inmigrado entre diez y once millones de personas a Estados Unidos, tan solo en 2016 ingresaron 1.49 millones de inmigrantes. 

Ahora bien, dentro de la categoría de inmigrantes están todos los que son nacidos fuera del país: los ciudadanos naturalizados, los residentes permanentes, inmigrantes temporales (estudiantes, trabajadores, etc.) e inmigrantes no autorizados. Analizando las cifras frías podemos observar que la caravana de 10 mil centroamericanos no representa un riesgo para la economía, ni demografía estadounidense, es solo el 0.003% de su población.
Los principales países de origen de los inmigrantes en EE.UU. son: México, India, China, República Dominicana, El Salvador, Cuba, Filipinas, Honduras, Vietnam, Venezuela y Guatemala. Un muro no resolverá el problema de inmigrantes indocumentados que provienen países insulares o que están cruzando el océano.

Estados Unidos es un país de inmigrantes, sus mismos fundadores eran extranjeros en esas tierras que son de Apaches, Navajos, Cherokees y Yakis.
México ya ha dado ejemplos de acogida a extranjeros, los menonitas fueron recibidos y convirtieron unas tierras áridas e estériles en todo un referente agrícola de productividad y avance tecnológico. Lo mismo con los árabes y asiáticos asentados en nuestro país.
El sol sale para todos y si EE.UU. no abre sus puertas, estoy seguro que México lo hará.

Si bien se debe atender la legalidad en los procedimientos de migración de cada país, no debemos convertirnos en lo que tanto hemos criticado. He tenido la oportunidad de estar en Centroamérica y es una región increíble, con gente vibrante, servicial y trabajadora; nuestros hermanos centroamericanos no han recorrido más de 4,000 kilómetros arriesgando su vida por amor al senderismo.
Debemos entender que somos ciudadanos de la Aldea Global y nuestra patria es el Planeta Tierra.

La otra frontera no es la que está al sur, es nuestra mente.

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